Es poca la documentación perteneciente a esta
Hermandad que se conoce. Sólo hemos podido estudiar un libro de cuentas y
cabildos conservado en el Archivo Histórico Nacional.
Nada
existe en el Archivo Histórico Diocesano de Jerez de la Frontera ni en el de
Sevilla, a cuya Diócesis perteneció Espera hasta los años 80.
Juan
Candil, que ya estudió las Hermandades de la localidad a principios de los
setenta, no encontró nada referente a esta Cofradía, de la que sólo llega a
decir que desfilaba con las otras desde el siglo XVII y que sus imágenes fueron
colocadas en su altar de la Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia en
1799.
El
libro que hemos podido consultar es el tercero, según se desprende del primer
cabildo recogido en él, en que se dice lo siguiente: “En la villa de Espera en
tres días del mes de septiembre de mil setecientos sesenta y tres, su merced el
señor don Digo Nicolás Ferrete, Beneficiado y cura más antiguo de la Iglesia Nª
Sª Sª María de Gracia de esta, en virtud de la comisión que se le da por el
Ilmo. Sr. D. Domingo Pérez de Rivera, obispo de Gadara, del Consejo de S.M.
Auxiliar y Visitador General de este Arzobispado por el Excelentísimo Señor
Cardenal de Solís, Arzobispo de esta Diócesis que está en el Libro Segundo
antecedente a este con hojas setenta y ocho vueltas, refundada por don Antonio
Eraclio Rosales, Secretario Contador, que fue dada en esta villa en seis de
diciembre del año próximo pasado de mil setecientos sesenta y dos, la que su
merced tiene ocupada en toda forma, mando que Antonio Blanco Palomo, Mayordomo
que es de la Cofradía del Sr. San Antonio de Padua, desde primero de mayo del
año pasado de setecientos cincuenta y seis hasta fin de noviembre del año
próximo pasado de setecientos sesenta y dos, comparece a dar la cuenta que es
de su cargo exhibiendo para ello todos los libros, papeles y recibos para su
cargo y data lo que se le haga saber y para que le coste por ese su auto así lo
proveyó y firmó. Diego Nicolás Ferrete. Diego Romero Corona. Escribano.”
En su estudio D. Juan desconocía que esta
Hermandad se llamaba realmente de San Antonio de Padua y Madre de Dios de los
Desamparados, que fue fundada en la ermita de la Veracruz. A partir de 1700 ya desfilaba con las otras
durante la Semana Santa. Y siguiendo a D. Juan sabemos que el santo fue
colocado en su altar en junto con las otras imágenes de la H. en 1799. “probablemente no tendría altar hasta esa
fecha y estarían en otro sitio”. Efectivamente, estaba en la ermita de la
Veracruz.
También dice D. Juan que a la Virgen se le
conocía en 1841 por Ntra. Sra. del Mayor Dolor; no sabemos si sería la misma de
ahora u otra advocación anterior. Debemos decir que sería otra porque la de la
H. de San Antonio siempre fue la de los Desamparados.
El Libro de
Cuentas y Cabildos da comienzo en 1763 no haciendo referencia a ninguna de las
imágenes, sólo a algún retoque que se hizo en ellas. Nos informan también de
que poseía tierras en El Saladillo y La Pinala. Igualmente da información de
los Hermanos asistentes a los Cabildos y de los Mayordomos en cada ocasión.
Por este libro
sabemos que la Hermandad se fundó en la Ermita de la Veracruz y allí permaneció
hasta 1799, en que prácticamente arruinada la Ermita se decidió sacar de allí
las imágenes, siendo colocadas las de esta Hermandad en la iglesia Parroquial.
Otras de ellas fueron repartidas en casa particulares.
También podemos
conocer datos de la fiesta que le hacía a San Antonio el mes de junio, subiendo a la Iglesia y
volviéndolo a bajar e procesión a la Ermita a la finalización de la misma.
Conocemos el
inventario de la Cofradía en el que se especifican todos los bienes y
pertenencias que poseía a fines del siglo XVIII. En uno de 1792 se añaden algunas
cosas, a las que ya tenía, como unas andas de Nª Sª sin cielo, es decir, sin
palio. En 1789 hicieron un estandarte nuevo con las limosnas que recogieron y
que llevaría Antonio Agustín Tinoco, hijo del dueño de Santiago, que aceptó con
el beneplácito de su padre. Tinoco era caballero de la Orden de Santiago y
teniente de capitán de Artillería de Cádiz.
En abril de ese año 89 acordó la Cofradía
llevar al santo a la Iglesia para la celebración de su día a propuesta de
Enrique Martín Valverde, santero de la Veracruz.
En 1790 compraron pértigas nuevas y
compusieron las caídas de las parihuelas del Cristo y de San Antonio. También
retocaron la imagen de la Virgen. En el cabildo celebrado el 24 de abril de 1790
el Mayordomo se quejaba del abuso que estaba sufriendo la Cofradía a la hora de
dar el refresco el Jueves Santo en la que se repartían hasta 20 pesos, por dos
razones: una porque los componentes de la hermandad son pobres trabajadores y
2) porque al ser Jueves Santo tanta bebida hacía caer a algunos hermanos en
pecado.
En 1796, al parecer, hizo una restauración a la Virgen un maestro
pintor del que se desconoce el nombre.
El año 1801 es el último del que hay noticias del desfile de la Hermandad en Semana Santa antes de la
Guerra de la Independencia. Vuelve a hacerlo en 1814 año en el que el Mayordomo
de la Cofradía en uno de los Cabildos explica las circunstancias de total
decadencia que había atravesado la misma en todo el tiempo pasado, habiendo
perdido incluso una suerte que tenía en la Garduña. Ese año volvió a salir el
Jueves Santo después de tinieblas.
En este tiempo se le denominan Cofradía
del Sº Cristo de la Columna y madre de Dios de los Desamparados y su patrono el
Señor San Antonio de Padua “cuasi perdida y en total abandono y deseando
algunos de sus cofrades el culto que era indispensable a tan bellas prendas y
que lo miraban con tanto dolor de su corazón, determinaron restablecer la
Cofradía” y para ello se reunieron en la parroquia acompañados del cura Manuel
Ortega y Serrano y Manuel del Real y Quintana, presbítero y los pocos hermanos
que aún vivían. Nombraron Mayordomo a Antonio García Murillo y como muñidor a
Martín Garzón. Nombrando a otros 24 hermanos.
En el Inventario de 1814 aparece entre
otras cosas lo siguiente:
-1
Retablo que donó D. Agustín González de Mendoza, beneficiado de la Iglesia.
Tres imágenes: San Antonio con el niño,
sus alhajas, 1 diadema de plata, 1 ramo de lirios de plata, el niño con su
corona de plata y 3 vestidos;
El Sr. Atado a la Columna con sus
potencias de plata;
Nª Sª de los Desamparados con su túnica
de felpa morada y otra celeste de tafetán para el Altar, cíngulo y corona de
lata muy bien labrada. Tiene un manto de felpa celeste para la calle; un
estandarte de tafetán carmesí con su cruz de palo dorado.
Unas parihuelas de S. Antonio.
Lo primero que deciden ese año es la
celebración del día de S. Antonio en la que se cantaría una misa con
vestuarios, órgano y demás emolumentos de la fábrica con sermón a honra y
gloria de Dios nuestro Señor. También los hermanos debían tratar de hacer las
ropas para cuando saliera la Cofradía de Penitencia en Semana Santa con tal que
fuesen blancas y con vuelta de cíngulos celestes.
La
fiesta del santo se celebró como cada año el 13 de junio con una misa solemne con su sermón llevado a cabo por don Agustín de Luque y Mesa, cura y
beneficiado de la Iglesia y el más antiguo de todos. Era costumbre realizar al
santo una novena.
Se
dan otras noticias sobre la compra de un sudario para el señor de la Columna
que costó 85 reales. Igualmente 500 reales costaron las andas para Nª Sª de los
Desamparados, que se trajeron de Arcos donde las realizó el maestro carpintero
José Amores. 24 reales costó traer esas andas desde Arcos y otros 19 en
menudencias: tornillos, clavos, tachuelas, etc. 37 costó el agasajo y la música el día de San
Antonio. Otros 50 reales se pagaron por el sermón de azotes, es decir el que se
realizaba antes de la salida procesional de la Hermandad, que lógicamente tiene
relación con el Cristo representativo de la misma.
MANUEL GARRUCHO JURADO.