miércoles, 10 de febrero de 2016

NOTICIAS SOBRE LA HERMANDAD DE SAN ANTONIO DE PADUA


 Es poca la documentación perteneciente a esta Hermandad que se conoce. Sólo hemos podido estudiar un libro de cuentas y cabildos conservado en el Archivo Histórico Nacional.

Nada existe en el Archivo Histórico Diocesano de Jerez de la Frontera ni en el de Sevilla, a cuya Diócesis perteneció Espera hasta los años 80.

Juan Candil, que ya estudió las Hermandades de la localidad a principios de los setenta, no encontró nada referente a esta Cofradía, de la que sólo llega a decir que desfilaba con las otras desde el siglo XVII y que sus imágenes fueron colocadas en su altar de la Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia en 1799.


El libro que hemos podido consultar es el tercero, según se desprende del primer cabildo recogido en él, en que se dice lo siguiente: “En la villa de Espera en tres días del mes de septiembre de mil setecientos sesenta y tres, su merced el señor don Digo Nicolás Ferrete, Beneficiado y cura más antiguo de la Iglesia Nª Sª Sª María de Gracia de esta, en virtud de la comisión que se le da por el Ilmo. Sr. D. Domingo Pérez de Rivera, obispo de Gadara, del Consejo de S.M. Auxiliar y Visitador General de este Arzobispado por el Excelentísimo Señor Cardenal de Solís, Arzobispo de esta Diócesis que está en el Libro Segundo antecedente a este con hojas setenta y ocho vueltas, refundada por don Antonio Eraclio Rosales, Secretario Contador, que fue dada en esta villa en seis de diciembre del año próximo pasado de mil setecientos sesenta y dos, la que su merced tiene ocupada en toda forma, mando que Antonio Blanco Palomo, Mayordomo que es de la Cofradía del Sr. San Antonio de Padua, desde primero de mayo del año pasado de setecientos cincuenta y seis hasta fin de noviembre del año próximo pasado de setecientos sesenta y dos, comparece a dar la cuenta que es de su cargo exhibiendo para ello todos los libros, papeles y recibos para su cargo y data lo que se le haga saber y para que le coste por ese su auto así lo proveyó y firmó. Diego Nicolás Ferrete. Diego Romero Corona. Escribano.”

 En su estudio D. Juan desconocía que esta Hermandad se llamaba realmente de San Antonio de Padua y Madre de Dios de los Desamparados, que fue fundada en la ermita de la Veracruz.  A partir de 1700 ya desfilaba con las otras durante la Semana Santa. Y siguiendo a D. Juan sabemos que el santo fue colocado en su altar en junto con las otras imágenes de la H. en 1799.     “probablemente no tendría altar hasta esa fecha y estarían en otro sitio”. Efectivamente, estaba en la ermita de la Veracruz.
 También dice D. Juan que a la Virgen se le conocía en 1841 por Ntra. Sra. del Mayor Dolor; no sabemos si sería la misma de ahora u otra advocación anterior. Debemos decir que sería otra porque la de la H. de San Antonio siempre fue la de los Desamparados.
El Libro de Cuentas y Cabildos da comienzo en 1763 no haciendo referencia a ninguna de las imágenes, sólo a algún retoque que se hizo en ellas. Nos informan también de que poseía tierras en El Saladillo y La Pinala. Igualmente da información de los Hermanos asistentes a los Cabildos y de los Mayordomos en cada ocasión.
Por este libro sabemos que la Hermandad se fundó en la Ermita de la Veracruz y allí permaneció hasta 1799, en que prácticamente arruinada la Ermita se decidió sacar de allí las imágenes, siendo colocadas las de esta Hermandad en la iglesia Parroquial. Otras de ellas fueron repartidas en casa particulares.
También podemos conocer datos de la fiesta que le hacía a San Antonio el  mes de junio, subiendo a la Iglesia y volviéndolo a bajar e procesión a la Ermita a la finalización de la  misma.
Conocemos el inventario de la Cofradía en el que se especifican todos los bienes y pertenencias que poseía a fines del siglo XVIII. En uno de 1792 se añaden algunas cosas, a las que ya tenía, como unas andas de Nª Sª sin cielo, es decir, sin palio. En 1789 hicieron un estandarte nuevo con las limosnas que recogieron y que llevaría Antonio Agustín Tinoco, hijo del dueño de Santiago, que aceptó con el beneplácito de su padre. Tinoco era caballero de la Orden de Santiago y teniente de capitán de Artillería de Cádiz.
En abril de ese año 89 acordó la Cofradía llevar al santo a la Iglesia para la celebración de su día a propuesta de Enrique Martín Valverde, santero de la Veracruz.
En 1790 compraron pértigas nuevas y compusieron las caídas de las parihuelas del Cristo y de San Antonio. También retocaron la imagen de la Virgen. En el cabildo celebrado el 24 de abril de 1790 el Mayordomo se quejaba del abuso que estaba sufriendo la Cofradía a la hora de dar el refresco el Jueves Santo en la que se repartían hasta 20 pesos, por dos razones: una porque los componentes de la hermandad son pobres trabajadores y 2) porque al ser Jueves Santo tanta bebida hacía caer a algunos hermanos en pecado.
En 1796, al parecer,  hizo una restauración a la Virgen un maestro pintor del que se desconoce el nombre.
El año 1801 es el último  del que hay noticias del desfile de  la Hermandad en Semana Santa antes de la Guerra de la Independencia. Vuelve a hacerlo en 1814 año en el que el Mayordomo de la Cofradía en uno de los Cabildos explica las circunstancias de total decadencia que había atravesado la misma en todo el tiempo pasado, habiendo perdido incluso una suerte que tenía en la Garduña. Ese año volvió a salir el Jueves Santo después de tinieblas.
En este tiempo se le denominan Cofradía del Sº Cristo de la Columna y madre de Dios de los Desamparados y su patrono el Señor San Antonio de Padua “cuasi perdida y en total abandono y deseando algunos de sus cofrades el culto que era indispensable a tan bellas prendas y que lo miraban con tanto dolor de su corazón, determinaron restablecer la Cofradía” y para ello se reunieron en la parroquia acompañados del cura Manuel Ortega y Serrano y Manuel del Real y Quintana, presbítero y los pocos hermanos que aún vivían. Nombraron Mayordomo a Antonio García Murillo y como muñidor a Martín Garzón. Nombrando a otros 24 hermanos.
En el Inventario de 1814 aparece entre otras cosas lo siguiente:
 -1 Retablo que donó D. Agustín González de Mendoza, beneficiado de la Iglesia.
Tres imágenes: San Antonio con el niño, sus alhajas, 1 diadema de plata, 1 ramo de lirios de plata, el niño con su corona de plata y 3 vestidos;
El Sr. Atado a la Columna con sus potencias de plata;
Nª Sª de los Desamparados con su túnica de felpa morada y otra celeste de tafetán para el Altar, cíngulo y corona de lata muy bien labrada. Tiene un manto de felpa celeste para la calle; un estandarte de tafetán carmesí con su cruz de palo dorado.
 Unas parihuelas de S. Antonio.
Lo primero que deciden ese año es la celebración del día de S. Antonio en la que se cantaría una misa con vestuarios, órgano y demás emolumentos de la fábrica con sermón a honra y gloria de Dios nuestro Señor. También los hermanos debían tratar de hacer las ropas para cuando saliera la Cofradía de Penitencia en Semana Santa con tal que fuesen blancas y con vuelta de cíngulos celestes. 
La fiesta del santo se celebró como cada año el 13 de junio con  una misa solemne  con su sermón llevado a cabo  por don Agustín de Luque y Mesa, cura y beneficiado de la Iglesia y el más antiguo de todos. Era costumbre realizar al santo una novena.


Se dan otras noticias sobre la compra de un sudario para el señor de la Columna que costó 85 reales. Igualmente 500 reales costaron las andas para Nª Sª de los Desamparados, que se trajeron de Arcos donde las realizó el maestro carpintero José Amores. 24 reales costó traer esas andas desde Arcos y otros 19 en menudencias: tornillos, clavos, tachuelas, etc. 37  costó el agasajo y la música el día de San Antonio. Otros 50 reales se pagaron por el sermón de azotes, es decir el que se realizaba antes de la salida procesional de la Hermandad, que lógicamente tiene relación con el Cristo representativo de la misma.
MANUEL GARRUCHO JURADO.